He visto muchos onboardings a equipos creativos en diferentes agencias. A mí mismo me tocó ser novato alguna vez, aún conservo alguna de estas bienvenidas, novatadas o como prefieran llamarlas. A muchas de estas dinámicas no he logrado ponerles un punto final.
Una de las más interesantes la escuché de Gabriel Fernández, un gran maestro para mí. En su speech de bienvenida invitaba a los nuevos integrantes a entregarle una lista: “Escribe todos los usos que puedas darle a un lápiz”.
Casi podía escuchar cómo se retorcía el gen creativo al recibir el reto. Sentías cómo la sala de creatividad empezaba a inundarse con el hálito de su actividad mental. Los nuevos creativos y copywriters se lanzaban por este tobogán hacia el mundo de las infinitas posibilidades (algunos sin saberlo). A las pocas horas, llegaban a presentar sus primeras listas, algunas con apenas media cuartilla, otras desbordaban los cuadernos.
Gabriel leía las listas con cierto interés, para luego dejar caer un despreocupado: “Yo creo que faltan varias, sigue escribiendo, mañana revisamos”. A veces leíamos las listas y en verdad encontrábamos cosas que nunca se nos hubieran ocurrido, sin embargo, al siguiente día siempre duplicaban o triplicaban la lista y en algunos casos (como el de Mauricio, un estudiante de artes escénicas que tenía el sueño de ser copywriter) nos rebasaban por completo; bien podríamos haber escrito un diccionario enciclopédico con sus ocurrencias.
Dice Ayn Rand que “el creativo es motivado por el deseo de logro, no por el deseo de ganarle a otros”. Esta sensación de logro es quizá la más interesante energía, infinita y generadora de todo lo que nos rodea. Ver este poder en movimiento es siempre un placer, quizá por eso disfrutamos por igual, nuevos talentos y anfitriones del departamento creativo. Meses después, en un día cualquiera, surgía un ¡eureka! alguien llegaba emocionado a agregar algún uso que no se nos había ocurrido.
Por fortuna estas listas no tienen fin, ahora lo sé.
En fechas recientes me encontré un artículo sobre Jasenko Đorđević, un artista bosnio que hace microesculturas en puntas de lápices. Así las cosas, parece que seguiremos ampliando nuestra lista, agregaré:
No. 17,654. “detalle de la creación de Adán en el grafito de la punta del lápiz”.
Sigamos celebrando la infinitud de las ideas y la creatividad humana.